Mari Olmos: “El reto es construir mensajes con propósito y trascendencia”
Si alguien puede entender profundamente el famoso discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford –aquel donde explicaba la relación entre su amor por las tipografías y su espíritu innovador- esa es nuestra vicepresidenta creativa María Angélica Olmos. Diseñadora de corazón y profesión, devenida en gerente, Mari como la conocemos tiene una proverbial pasión por las formas digitales del alfabeto y por el diseño gráfico en general como primera lanza en la batalla por construir culturas de marca.
Miembro del equipo fundador de Goodman, hoy trabaja desde Panamá velando porque cada producto de la agencia responda a los imperativos del mejor branding.
. ¿Cuáles son para ti los aspectos fundamentales de la revolución digital y de su impacto en la publicidad y el mercadeo?
Lo que ha ocurrido no es simplemente una transformación o una agregación de nuevos medios. Es mucho más profundo, es un salto hacia nuevos niveles de comunicación en el sentido amplio de la palabra. La interactividad, el flujo de información en ambos sentidos, el recibir un feedback constante, significan para las marcas la posibilidad de generar experiencias y construir vínculos más profundos con el público. Al mismo tiempo, las coloca en la necesidad de comunicar mensajes más significativos, con propósito, con trascendencia.
Las marcas más maduras están ya plenamente incorporadas a este cambio. Es una avalancha y quien no se transforme va a desaparecer. A nosotros mismos nos ha tocado crecer, volar, prepararnos, aprendiendo y haciendo al mismo tiempo.
Las herramientas de segmentación y de medición son cada vez más precisas. En el llamado engagement hay toda una nueva manera de ponderar el vínculo con la marca, fuertemente emocional, muy ligada a lo que significa convertirte en parte de la cotidianidad de la audiencia, que como sabemos es un asunto crucial.
. ¿Cuál es el papel del diseño gráfico y del diseñador en este contexto?
El mundo necesita cada vez más diseño y eso es fantástico, pero no es el diseño de siempre. Como la comunicación se hace cada vez más orgánica, el diseño requiere ser más sutil, más verosímil y más eficiente. Un buen diseño es parte de la clave para abrirse un espacio en un espectro de mensajes tan saturado como el actual. Hoy se nota más que nunca la diferencia entre el diseño que ha sido pensado estratégicamente para tu marca y ese que podemos llamar de catálogo, todo uso.
Siempre la comunicación exigía ser relevante y diferenciadora, pero esos atributos ahora toman una importancia mucho mayor. Somos muchos actores en cada vez más medios compitiendo por la atención de la misma gente. Y en ese complejo ambiente el diseño es una herramienta imprescindible.
. ¿Qué balance haces hasta ahora de los efectos de la pandemia en nuestro oficio?
La pandemia fue un catalizador de la transformación digital, de lo que todavía veíamos en cierta forma como algo progresivo. Ciertamente hay algunas cosas insustituibles en la presencialidad, pero a la vez hemos ganado otras. Tanto nuestras reuniones internas como las reuniones con clientes de forma remota, van tomando un dinamismo sorprendente. Alguien que no esté convocado en principio, por ejemplo, puede sumarse para una consulta puntual con mucha más fluidez que antes. Y, por supuesto, hay una incidencia obvia en los contenidos de nuestros mensajes. Hoy estamos ante una nueva sensibilidad en las audiencias, propias de un momento en que el mundo se ha visto sorpresivamente cara a cara con su vulnerabilidad. Pero, más allá de la coyuntura, nosotros seguimos con el foco en nuestra tarea de siempre: agregar valor a cada marca y fortalecer su vínculo con la audiencia.
¡Piensa rápido!
¿La primera gran lección que recibiste?
Muchas de mi gran maestra de diseño, María Eugenia Marcano, quien me enseñó a no conformarme con lo estándar, a buscar siempre la excelencia.
¿Tu atributo o rasgo de personalidad más valioso?
Servir a los demás, dar apoyo, crear vínculos, personal y profesionalmente.
¿Qué cosas todavía te sorprenden?
Que la creatividad no tiene límites, que todo se puede reinventar.
¿Un libro de publicidad y mercadeo que conservas como referencia?
El Libro rojo de la Publicidad, un abc que no pierde vigencia.
¿Una marca que admiras especialmente?
Apple es la preferida y mi gran aliada. También Estée Lauder .
¿Lo primero que le preguntas a un nuevo cliente?
A dónde quiere llegar.
¿Lo primero que buscas en una estrategia de campaña?
Una comunicación relevante, que conecte con la gente y que no deje dudas sobre lo que el cliente quiere comunicar.
¿Lo primero que buscas cuando te presentan un boceto?
El concepto, la composición y el sentido estético de la pieza alineados al parámetro de la marca.
¿Lo que más valoras de Goodman?
Goodman es una filosofía de trabajo con valores. Gente buena en todos los sentidos haciendo cosas buenas para nuestros clientes, construyendo relaciones a largo plazo y lazos de confianza, con excelentes resultados.