El Óscar lucha por su vida
Este no es cualquier año para los Premios Óscar. La bofetada que en la edición pasada le propinó Will Smith a Chris Rock, además de vivificar la ceremonia, bien puede interpretarse simbólicamente como la cachetada que le damos a un desmayado con la esperanza de verlo reaccionar. Ahora se trata de ver si este show de shows abre los ojos y reacciona milagrosamente como Uma Thurman con la inyección de adrenalina de Pulp Fiction y si, al fin, podemos gritar “It´s alive!” junto al doctor Frankenstein.
Y es que la entrega de los Oscar, como espectáculo, está muy lejos de salir de su profunda crisis y de volver a las glorias pasadas. De hecho, está ya cerca de cumplir una década negra desde que en el 2014 las cifras de audiencia comenzaron a caer sin pausa. Aquel año se logró un récord en lo que iba del siglo XXI: el 28% de los hogares norteamericanos sintonizaron la ceremonia. Siete años más tarde, en 2021, la cifra tocó el mínimo de 1,9% y – con todo y cachetada- el interés por la entrega en 2022 apenas llegó al 3,8%. Los que quieren ver el vaso medio lleno se alegran señalando que hubo una recuperación del 56%. La ceremonia venía de una caída especialmente abrupta, pues pasó de los 23,6 millones de espectadores alcanzados en 2020, a menos de la mitad en 2021: 9,85 millones.
Si hablamos de espacios publicitarios en el contexto de la entrega de premios, hay que reconocer que el Óscar sigue siendo el Óscar, y muchos anunciantes siguen apostando al prestigio de la estatuilla, o al menos los costos no se han resentido tanto como la audiencia. En 2022 la colocación de un spot de 30 segundos se acercó a los dos millones de dólares: algo más que los 1,6 millones cobrados el año anterior. No está mal, considerando que los gastos de toda la ceremonia suman solo 26 millones de dólares.
Eso sí, los Óscar siguen siendo un excelente negocio para quienes hacen las películas nominadas y ganadoras. Recordemos que en buena medida la crisis de audiencia de la ceremonia se debe a que muchas personas no han visto las películas en competición; cosa que sí harán en muchos casos cuando los films aprovechen publicitariamente su oscarización y se impulse su distribución. Una investigación de la UCLA, concluyó que una sola nominación al premio incrementa la recaudación en 16 millones de dólares; y que cinco de ellas pueden traducirse en unos 68 millones adicionales.
¿Habrá sorpresas en la entrega de este año? Casi podemos asegurar que los numeritos de audiencia serán bastante mejores. No solo por la expectativa de asistir a otro momento extra-cinematográfico y de alto poder mediático como el round pugilístico de 2022, sino porque la Academia ha hecho un esfuerzo consciente por ofrecer categorías muy nutridas con un mix de películas que abarca todo el espectro fílmico, desde el purismo más sofisticado hasta el no-cine –según Scorsese- de los súper héroes, cuidándose además de incluir de la mejor forma toda la agenda de la diversidad y la inclusión (Todavía duele la campaña “Oscar so White”). Para lograrlo, además, han contado con una cosecha fílmica de excepcional calidad surgida al cerrarse definitivamente la oscura etapa de la pandemia.
Nosotros, al menos, no nos perderemos esta ceremonia que bien podría marcar el inicio de una gran remontada para los Oscar.